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lunes, 9 de mayo de 2011

¿Dibujos Animados?

Hace unos días, me veía yo en mi sofá haciendo zapping, como tantas tardes de estudio en mi piso de estudiar, hasta que me topé de bruces con una serie de dibujos de éstas que están ahora muy de moda. “Anime” las llaman. Bien, pues no entiendo el porqué de ese nombre, ya que de animadas tienen lo que mi gata echando la siesta. Se tiran como 30 segundos con un puto dibujo de un ninja haciendo fuerza como si de cagar lo engullido en un mes se tratase, sin el más mínimo movimiento, con una mierda de zoom hacia su geta y un sonido de fondo de algo así como un “grrrr” que debía parecerles suficiente para “animar” la escena… Y claro, me quedé un rato, a ver si era yo, o que a lo mejor, estaban rellenando un poquito. Error. Lo siguiente fue un dibujo con otro personaje que debía ser el malo, ya que estaba allí parado con los brazos cruzados –que por otra parte, no me extrañó lo más mínimo…- sonriendo, y diciendo “jejeje”. Y con eso otro minuto y medio.
 Llegados a este punto me acomodé a fondo, por mera curiosidad de ver cómo diablos acababa esto, y si acababa, por que a ese paso un discurso del rey se me hace más corto. El endiablado ninja del principio comenzó como a hacer más fuerza todavía –“qué habrás comido, zagal” pensé yo-, y esto lo supe por que el “grrr” de fondo sonaba como con más fuerza, por que la imagen era exactamente la misma de minuto y medio antes, solo que con más zoom hacia su geta, y con el mismo –nulo- movimiento. Viendo así el panorama, no es de extrañar mi sobresalto, cuando al fin algo se movió ahí, y es que de tanta fuerza que hizo, al ninja de los cataplines se salió una cola fantasmal –si, si… tal cual-, y un fueguecito muy mítico de esas series alrededor. Esto se anima –pensé.  Pues no. Al malo pareció no importarle el nuevo “look” del prota, pues siguió tal cual –mismo dibujo, misma imagen, mismo “jejeje”-.
Pero bueno, no todo podía ser tan malo. Ahora el ninja saltará sobre el chulito ese del gorro y se lo comerá o algo –me dije-. Craso error de nuevo. Mismo dibujo, mismo movimiento –ya sé que me repito, pero es que NO se movía NADA-, mismo “grrrr”, sólo que ahora con un punto más de intensidad, como si de un cambio de marchas se tratase… y ¡pam! Nada más y nada menos que otra nueva cola le salió al amigo. ¡Dos colas! –Grité yo estupefacto- ¡a donde vamos a parar! –es ironía, lo explico para los lectores idiotas, que los hay-.
¿Y a que no sabéis qué hizo el malo ante este nuevo e inesperado giro argumental? En efecto, nada en absoluto. Mismo dibujo, mismo movimiento –lalalalala-, y mismo “jejeje”. Es en estos momentos cuando te paras a reflexionar en la idiotez de los malos. Que vamos, no hay que ser muy listo, para darse cuenta de que esas colas lo acabarán matando. Que seguro que si le ataca ahora se carga al ninja de las colas –madre mía, que potencial tiene este guión, no sé como no está en el cine todavía…-, pero en vez de eso, prefiere esperar entre risitas a que se saque la novena o décima cola del ojal, que si no, es demasiado fácil… En fin.
Y nada, que después de todo el capítulo con el bueno sacándose colas, y el malo con su “jejeje”, el primero pegó un grito fuerte y le salió la que parecía –o eso creo…- la última y cuarta cola, que claro, yo pensé, amigo… tienes 4 colas fantasmales de esas saliéndote del culo, da igual que entren o salgan, ¡eso tiene que doler! ¿No será más sencillo usar una pistola? Digo yo eh, no voy a ponerme criticón ahora… y ahí si, ahí ya reaccionó el malo. Se le cambió la expresión de júbilo y el aire chulesco por algo que parecía preocupación –si es que te lo dije… tanto “jejeje” tanto “jajaja” y al final ala, cuatro colas… ¿Y ahora qué, eh? Tonto del culo-, y con esa nueva expresión del malo, y con un nuevo zoom hacia su careto de rabia, decidieron estos grandes guionistas dar por finalizado el capítulo. Que oye, para que negarlo, en el fondo me alegré. Lo que no me alegró en absoluto, sino todo lo contrario, es pensar que hay gente que ve esa serie –esa y otras como esa, que son todas así-. Una serie en la que un capítulo de 20 minutos, lo llenaron por completo con cuatro dibujos. Ni uno más. Eso si, los dibujos muy chulos y con mucho detalle. Sólo faltaba.