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viernes, 2 de septiembre de 2011

Ella.

Es increíble. Da igual el momento y el lugar, ella siempre deslumbra; sobresale por encima del resto, sin importar quién esté alrededor, y qué esté pasando. Es como si el mundo girase porque ella está ahí; como si todo lo que la rodea, estuviese puesto ahí estratégicamente para que ella combine a la perfección con el entorno… todo le queda bien, todo está ahí para ella.

Es muy guapa, y lo sabe. Su estricta melena lisa, de color castaño como el otoño, remata en su frente en un flequillo rebelde, indomable al igual que su alma, y que la hace humana como al resto. Tiene los ojos a juego, marrones, claros u oscuros según se le antoje, fríos y calculadores, en los que puede leerse a la perfección la palabra “quiéreme”, palabra que sus labios, suaves y dulces como la miel, parecen condenados a esculpir, una, y otra, y otra vez.

Es imposible no amarla. Y ella lo sabe. Jamás se detuvo ante nada. Si quiere algo, lo coge y no se para a pensar en nada más. Desconoce la palabra “no”, si no es pronunciada por su boca. Todo lo que hace es en su beneficio, o en su entretenimiento personal. Le encanta jugar, con todo. Todo se puede convertir en un juego para ella. La vida misma es un juego, el mayor de todos, y no tiene pensado perderlo.

Yo la odio. La odio por fijarse en mí. La odio por hacerme sentir la persona más importante del planeta cuando me dedica una de sus sonrisas a medias. La odio por quererme como solo ella sabe querer. La odio porque la amo. Y creo que sí, eso ella también lo sabe. 




1 comentario:

  1. FIRMO COMO ANÓNIMA POR NO ENTRAR A LA CUENTA
    PERO ME QUIERES PUTO AFILIAR YA? JAJAJAJA

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